Eso es lo que hace Greg Mortenson en Pakistán y Afganistán desde hace años.
Gracias a Bloguzz he tenido la posibilidad de leer Tres tazas de te, una de esas historias que te dejan los pelos de punta y la sensación de que todavía quedan personas buenas en el mundo. Una de esas personas es Greg Mortenson.
A principios de los 90, Tras un intento fallido de escalar el K2, Mortenson fue a parar, medio perdido en el glaciar y al borde de sus fuerzas a la aldea de Korphe. Alli cuidaron de él y le alimentaron con sus mejores manjares hasta que pudo volver a la "civilización". Entabló una gran amistad con el jefe del pueblo, al que prometió que volvería para construir una escuela.
Ese proyecto le costó muchisimos sacrificios, incluida una relación sentimental, pero Greg consiguió dar a los niños y niñas de Korphe la posibilidad de aprender. Gracias a su benefactor, Jean Hoerni, fundó el Central Asian Institute, que se ha dedicado desde entonces a mejorar la vida de los habitantes de Pakistán y Afganistá, mediante la construcción de escuelas laicas, evitando que los padres envien a sus hijos a las madrazas fundadas por los talibanes, construyendo centros de mujeres, canalizaciones de agua y centros médicos.
Con el 11-S y el terror, la labor de Greg en Asia se fortaleció, porque como él mismo dice, la única forma de luchar contra el Terror es educar a los niños, y sobre todo a las niñas, en una formación laica, de forma que puedan elegir su futuro y no se vean abocados a un futuro de pobreza.
Desde luego, creo que la labor de Greg en esos pueblos es de 10 y que si los paises que luchan en aquellos territorios dedicaran menos dinero a las armas y más a proyectos como los de Greg, el fin del Terror estaría mucho más cerca. Los personas de esos países no sentirían el odio que sienten contra los occidentales, que han llegado alli, arrasando con todo, sin prestar después la ayuda necesaria para la reconstrucción del país.
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