lunes, 17 de septiembre de 2012

El misterio de la cripta embrujada


Hace poco llegó a casa el último libro de Eduardo Mendoza, El enredo de la bolsa y la vida, y cómo no me había leído, o no tenía nada frescos los anteriores libros de la saga, decidí volver a empezarla, así que cogí El misterio de la cripta embrujada.

Sabemos que no nos encontramos ante una novela de detectives normal cuando el avezado protagonista es un interno de un sanatorio mental, al que el comisario Flores saca para que le ayude a resolver el extraño caso de una niña desaparecida en un colegio interno de monjas, ya que estuvo bajo sospecha en la investigación de una desaparición anterior, bajo la promesa de devolverle la libertad si resuelve el caso. Desde los ojos de este loco muy cuerdo, recorremos la Barcelona de la transición, con ojos asombrados por los cambios sufridos.

El libro está plagado de secundarios, como Candela, la hermana prostituta y poco agraciada del protagonista; el Sueco, a quien en principio nuestro improvisado detective toma por novio de su hermana; Don Cagomelo Purga, el antigua jardinero del colegio; Isabel Peraplana, la primera niña que desapareció del colegio, hoy a punto de casarse o Mercedes Negrer, amiga de Isabelita y la que le da la pista definitiva para desentrañar el caso.

Los procedimientos poco ortodoxos de nuestro protagonista (del que nunca se llega conocer el nombre), así como los variopintos personajes que se encuentra, hacen del libro una genial sátira de las novelas de detectives, al mismo tiempo que un retrato de la Barcelona de la transición.

En cuanto a si lo recomiendo, pues depende…el libro está escrito en primera persona por nuestro demente detective, de forma un poco rimbombante, lo que hace que en muchos puntos no sea una lectura rápida ni sencilla. Yo personalmente prefiero otro tipo de escritura…