Me gusta la sensación que se me ha quedado al acabar la trilogía de Cronicas del Mago Negro. Hace un ratito que he acabado con el tercer libro, El Gran Lord y ha sido como las otras veces que acabo un libro que me marca. Al llegar a la última página he cerrado el libro y me he quedado con el entre las manos, con la mirada perdida y la mente rumiando lo que acababa de leer. Es una de las cosas que más me gustan de leer, esa sensación al final.
Este último libro de la trilogía es, sin duda, el que más me ha gustado de los tres. En él Sonea vive lo que es tener a todo el Gremio en contra, lo que significa encontrar el verdadero amor, y luchar contra un ejército por las cosas que quieres.
No quiero contar más, porque yo me enrollo mucho y a poco más que cuente serán cosas importantes del libro, que prefiero que cada uno las descubra por si mismo...
Ahora tengo todavía esa sensación de la que hablaba al principio. Al mismo tiempo de una sensación de vacío y una gota de esperanza de que, al cerrar el próximo libro que caiga en mis manos, vuelva a sentirla.
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